8 pasos para evitar el impuesto por metidas de pata
A ninguno de nosotros nos gusta pagar impuesto. Los pagamos, porque sabemos que podemos recibir un beneficio. Pero, eso no quiere decir que disfrutemos el proceso de desprendernos de nuestro dinero que con tanto esfuerzo ganamos.
Ahora bien, cuando hay un impuesto que no trae ningún beneficio, a nadie le gusta pagarlo. Por eso entiendo que el peor impuesto del mundo es el impuesto por metidas de pata.
Este impuesto no discrimina por credo político, religión, raza, nivel económico, etc. En una forma u otra, todos pagamos este impuesto. El punto es pagar lo menos posible en este impuesto. Por eso quiero darte la fórmula para pagar lo menos posible en este impuesto
La fórmula
La fórmula que usas para tomar decisiones financieras es sumamente importante. Por mucho tiempo fueron mis sentimientos los que controlaron todas mis decisiones económicas. Pero los sentimientos no son el mejor instrumento para llegar a tomar este tipo de decisión.
La fórmula que te voy a enseñar te va a permitir poner los sentimientos en el lugar correcto. Esta fórmula te permite excluir palabras como felices, decepcionadas, tristes, culpables o miedo. La fórmula trabaja a base de hechos, no de sentimientos.
Los sentimientos van y vienen. Nos engañan y cambian todo el tiempo. Por eso al hablar de decisiones financieras no podemos confiar en los sentimientos.
Para tomar las decisiones financieras importantes en mi casa yo contesto estas simples preguntas:
¿Lo necesito? Si la contestación es no. Entonces, a menos que tengas montañas de dinero a tu disposición, el caso esta serrado. Te acabas de ahorrar una gran cantidad de dinero en impuesto por metida de pata. No es una necesidad, no tienes dinero extra para gastar, no lo compras en este momento.
¿Me puedo dar el lujo? Si tienes que entrar en deudas para comprar ese artículo, no te puedes dar el lujo. No lo compres. Ahora bien, digamos que el artículo es una necesidad y tienes algo de dinero extra. Entonces contesta la próxima pregunta.
¿Ya tengo algo que podría funcionar de la misma forma? Si tomas tiempo para verificar lo que ya tienes, es posible que encuentres otras cosas que pueden funcionar. Si ese es el caso, nada más con el testigo. No tienes que comprarlo. Si no tienes otro artículo que cumpla la misma función. Contesta la próxima pregunta.
¿Podría esperar y conseguir un sustituto razonable? ¿Te has dado cuenta de cuan a menudo le exiges a tus niños que tengan paciencia, pero cuan pocas veces estas dispuesto a tener paciencia tú mismo? Interesantemente, muchas veces cuando esperas la necesidad desaparece. Si después de esperar la necesidad no desaparece. Contesta la próxima pregunta.
¿Es la mejor oferta? El conseguir la mejor oferta toma tiempo. Los vendedores saben que si dejan salir a una víctima, (perdón quise decir un cliente) de la tienda seguramente no va a regresar. Por eso, es tan importante el comparar precios. Toma tiempo, pero el tiempo te da un espacio para respirar, buscar opciones y cambiar de decisión. Si no consigues la mejor oferta no compres. Pero, si ya la conseguiste. Contesta la próxima pregunta.
¿Estoy dispuesto esperar? El falso sentido de urgencia, que produce un deseo sobrecogedor, cada vez que escuchas de una venta súper especial que nunca jamás en la historia se va volver va a ocurrir (hasta la próxima semana), realmente puede nublar tu entendimiento. El alejarse de la presión que ejerce el tener que tomar una decisión de forma inmediata te ayuda a aclarar la mente y a tomar mejores decisiones. Si ya esperaste, entonces contesta la próxima pregunta.
¿Qué sucede si decido no hacerlo? Has una lista de las cosas que podrían suceder si no haces esa transacción. Si la pregunta es pagar la renta o no, la contestación es simple. La consecuencia es una evicción. No puedes darte el lujo de no pagar la renta. Pero si la decisión es comprar otro par de zapatos, una computadora más rápida o boletos para la ópera, las consecuencias van a ser muy diferentes. Enumera los beneficios de comprar el artículo.
¿Qué sucede si decido hacerlo? Aquí es donde, como decía mi abuela, la puerca entorcha el rabo. ¿Cuáles van a ser las consecuencias de esta transacción? No tomes atajos. No aceptes la respuesta fácil de “No sé”. Si no sabes el costo real de la transacción no estás listo para tomar la decisión. No compres el artículo.
Este sistema no es perfecto, pero es una mejor opción que el solo dejarte llevar por tus emociones. Si eres casado debes contestar estas preguntas junto con tu cónyuge. Si eres soltero, puedes buscar un amigo (que esté dispuesto no solo a decirte lo que quieres oír, si no lo que debes escuchar), que te ayude a contestar estás preguntas.
Obviamente mientras mayor sea el precio de la compra que piensas hacer, más importante es que uses este sistema. Pero, este sistema también puede funcionar para cosas pequeñas. El punto es que puedas ser un consumidor inteligente y dejes de pagar el impuesto por metidas de patas.