Los limber y los limber Tito
Yo se que a menos que seas puertorriqueño la palabra limber no significa mucho para ti, pero para todos los puertorriqueños el limber es parte de nuestra cultura. Todos comimos limber cuando éramos pequeños. Los había de tamarindo, de crema, también estaban los de coco con la cashispa arriba. Habia de fresa, de china (o naranja como la conocen en el resto del mundo), en fin los sabores eran tan variados como la creatividad individual de la abuelita que los hacía. Y es que todos los niños decían que los limber de su abuela eran los mejores.
Bueno como pueden ver hoy salió lo boricua del blog. Por eso para el beneficio del resto de los latinoamericanos que leen este blog, los limber son jugos de diferentes sabores, aunque también los hay de leche de coco o de crema, todos congelados y en un vaso de plástico. (Esto es solo una explicación básica de lo que son los limber, yo se que conllevan mucho mas, pero tienen la idea).
Mi punto es que los limber por casi un siglo fueron productos que se hacían en casa y la única forma en que habían sido comercializados, era con las señoras del barrio que los vendían en su casa a veinticinco o como mucho a cincuenta centavos. Todas las comunidades en Puerto Rico tenían a las señoras que vendían los limber.
Los Limber Tito
Esto fue así, hasta que un buen día Don Víctor Ramos Arzola, alias Tito, tuvo una necesidad económica. Y como dicen popularmente: la necesidad es la madre de todas las invenciones. Don Tito comercializo los limber de una manera diferente. Don Tito trabajo en perfeccionar diferentes recetas para los limber, los empaco en un tamaño más grande y busco distribuirlos en puestos de gasolinas y otros establecimientos, en vez de solamente venderlos desde su casa.
Yo no tengo el placer de conocer a Don Tito, pero creo que su idea fue genial. Todavía recuerdo el dia que escuché hablar de los limber Tito. Como saben llevo años viviendo fuera de la isla y ese día estaba en la fiesta de cumpleaños del hijo de unos amigos puertorriqueños. Mientras comíamos y resolvíamos todos los problemas del mundo en nuestra conversación, alguien menciono que habían comercializado los limber. Yo me estuve riendo varios minutos pensando en lo genial de ese concepto. Y luego casi lloro al pensar porque esa idea no se me había ocurrido a mí.
Don Tito no hizo nada que nadie mas no hubiera podido hacer en casi un siglo de existencia de los limber. Pero él fue quien primero implementó esa idea. Después de él, ahora mucha gente vende los limber de esta manera. El hizo lo que nadie había hecho antes.
Los Amargados
Claro ahora, hay amargados que lo critican diciendo que él le quito el negocio a las abuelitas. Los amargados son la gente que solo ven problemas, en vez de ver soluciones u oportunidades. Y para bien o para mal, son muchos.
Don Tito no le quito nada a nadie, el negocio de las abuelitas dentro de su comunidad no disminuyo porque los niños que caminaban a sus casas para comprar los limber, ahora milagrosamente están manejando carros hasta el puesto de gasolina o la farmacia.
Estos niños siguen comprando sus limber de la misma manera. Don Tito solo creó un nuevo mercado. Logro conseguir una mayor clientela a través de mercadear su producto de una manera diferente. Y todo en un momento histórico en el que hay crisis de empleo. La genialidad de esto está en su simpleza.
Mi pregunta es ¿Cuáles son tus Limber Tito? O sea ¿qué es lo que tienes frente a ti que podrías usar para cambiar tu futuro económico? Abre tus ojos y toma la oportunidad que esta frente a ti.
P.D. Dato interesante:
Hay dos versiones sobre el origen de la palabra “límber”. Ambas versiones tienen que ver con la visita de Charles A. Lindbergh a Puerto Rico en el 1928. El fue el primer aviador en cruzar el Océano Atlántico en avión, sin escalas y en solitario. El llego a Puerto Rico como parte de una gira de “Buena Voluntad” que comenzó en Suramérica, Centro América y culmino en el Caribe.
Su frialdad emocional ante el recibimiento de los puertorriqueños le ganó un reconocimiento más y que hasta hoy permanece: al ahora típico jugo congelado del país le llamarían “límber” por su característica fría y dura.
Pero otros aseguran que la anécdota verdadera es que cuando el agotado aviador aterrizó en la Isla, alguien le ofreció un jugo tropical congelado. Lindbergh quedó fascinado con lo que probó y es por eso que hoy lleva la versión puertorriqueña de su nombre.