La mentira del sueño americano
El sueño americano que nos vendieron era una mentira….ya saben eso de tener una súper casa, carros nuevos, escuelas privadas, viajes a cada rato, perros de alta alcurnia…y bla bla bla bla.
Y era una mentira porque la forma en que habíamos decidido obtener todo esto, era a través de la deuda. Claro gastar dinero viviendo la vida que no podemos pagar es básicamente vivir una mentira financiera.
La mentira duró hasta que el sistema exploto o colapso como lo quieras poner. (Hay quienes dicen que el sistema colapso en sí mismo)
La gente iba por el mundo sin ninguna preocupación, pero iban con la cabeza hundida en la arena como si fueran avestruces porque no querían darse cuenta de la realidad. Es mucho más fácil vivir una mentira que enfrentar la realidad…
Lo curioso es que estábamos tan acostumbrados a vivir en la mentira que nadie tenía idea de cómo estaban los demás económicamente (y en muchos casos ni como estaban ellos tampoco)…en ocasiones el silencio forma parte de una mentira.
Las mentiras financieras crean diversión momentánea en nuestras vidas, pero a la larga destruyen la felicidad.
Esa época en la que el pasatiempo nacional era salir a comer los fines de semana para luego ir a hacerle “daño a las tiendas”….debía haberse acabado, pero como tenemos tan mala memoria…al menor indicio de recuperación económica somos capaces de volver a lo mismo……!Dios nos ampare!
Pero por ahora hasta los “expertos” financieros han cambiado su mensaje. Y vaya que ha cambiado el mensaje sobre el dinero. Ahora el mensaje tiende a ser más minimalista-frugal que ha ser tu-puedes-ser-millonario-y-tenerlo-todo-en-este-momento.
Sin embargo lo que nunca ha sido una mentira sobre las finanzas personales es el mensaje que por las últimas décadas los “expertos” trataron de presentar como poco sofisticado y fuera de moda. Este mensaje es:
Las finanzas personales son sencillas. Vive con menos de lo que ganas para que puedas ahorrar, luego usa tus ahorros para ganar intereses en vez de andar por el mundo pagando intereses. Sencillo y poco sofisticado, pero no una