No eres monedita de oro

No eres monedita de oro para caerle bien a todo el mundo. ¿Alguna vez escuchaste ese refrán? Yo recuerdo que mi mamá me lo decía mucho cuando era pequeño y llega de la escuela molesto porque algún otro niño no quería ser mi amigo. De hecho, recuerdo que una de las primeras veces que escuché esta frase, la imagen mental que tuve fue la de una moneda de oro con pies y manos corriendo por la calle con una multitud de personas detrás tratando de alcanzarla, pero ya me desvié del tema.

Esta frase aparte de ser graciosa encierra una verdad impresionante. Muchos de nosotros pasamos por la vida buscando caerle bien a todo el mundo y eso es imposible. Pero es todavía peor cuando traemos ese mismo deseo a nuestro trabajo, negocio o relaciones personales. En el trabajo es peligroso estar buscando la aprobación de todo el mundo, alguien podría aprovecharse de eso y abusar de ti. En tu negocio al buscar clientes podrías pensar que necesitas acaparar todo el mercado. Todos hemos escuchado eso de que en China hay 1.3 mil millones de personas, entonces solo tengo que venderle un producto a cada uno de ellos que me deje un dólar de ganancia y me convierto en billonario.

Pero hacer eso más fácil decirlo que hacerlo, porque para controlar un mercado de esa manera necesitarías ser una monedita de oro. En vez de estar buscando crear un producto para complacer a todo el mundo, es mejor concentrarte en crear un producto que supla muy bien la necesidad de algunas personas. Esto es encontrar el mercado adecuado, tu mercado adecuado son las personas que no solo buscan el producto que estas vendiendo, pero que se pueden conectar emocionalmente contigo por la forma en que estas mercadeando tu producto.

Y en tus relaciones personales para caerle bien a todo mundo muchas veces tienes que invertir dinero. En nuestra cultura relacionamos el pasar un  buen tiempo juntos con el gastar dinero. Si no gastas dinero no te puedes divertir. Y si tú decides hacer algo diferente a esto, tus amigos te van a empezar a ver tan raro como si fueras el hijo del chupacabras. De hecho algunos de ellos aceptarían al hijo del chupacabras más fácilmente de lo que te aceptarían ti si decides comenzar a cuidar tu dinero.

Los comentarios de que te volviste un tacaño o que vienes de Monterrey (y que conste que lo de Monterrey es solo fama, porque todavía no conozco ni uno que sea tacaño), pero los comentarios nunca se hacen esperar. Y es que al tú decidir hacer lo que otros no tienen la fuerza de voluntad de hacer, esto saca a florecer todas sus inseguridades y muchos de ellos deciden atacar antes que hacer un cambio. Pero no te preocupes, como sabes que no eres una monedita de oro no le tienes que caer bien a todo mundo, entonces puedes mantener tu decisión de salir de deudas, aunque sea difícil decirle que no a la invitación de ir a comer afuera todos los viernes, sábados y domingos con tus amigos.

(Crédito de la Foto)

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