La cura para la avaricia
Hola, mi nombre es Carlos y soy avaro… Hola Carlos…Esta sería la forma en que me presentaría al programa de Avaros Anónimos. Y creo que necesito ser parte de ese programa porque por naturaleza soy avaro, pero no te emociones mucho, porque yo se que tu también lo eres. Entonces, estamos a mano. Recuerdas eso de mal de muchos… consuelo de tontos, o era ¿consuelo de todos? Bueno, da igual. El punto es que nos encanta justificarnos y nos consolamos cuando otras personas están en la misma miseria que nosotros.
En el internet encontré varias definiciones muy interesantes acerca de la palabra avaricia, una de ellas dice que la avaricia es: Deseo de poseer cada vez más riquezas sin compartirlas. Basado en esta definición es que digo que somos avaros por naturaleza.
Solo un poco más
Escuché que cuando Aristoteles Onasis era el hombre más rico del mundo le preguntaron ¿Cuánto dinero es suficiente? Su contestación fue…Solo un poco más. Al momento que escuché eso inmediatamente pensé en lo avaro que era este hombre. Pero, luego pensé en ¿Cuánto dinero sería suficiente para mí? Y me escandalice cuando llegue a la misma conclusión de Onasis.
Y es que cuando ganaba $20 mil anuales, pensaba que si solo ganara $40 mil sería feliz. Un día llegue a $40 mil y pensé que si solo ganara $60 mil y así sucesivamente. Siempre he estado pensando en cuanto más necesito para ser feliz.
Esto es solo una muestra de cuan humano soy. Pero de la misma manera que aprendí acerca de cuanta avaricia hay en mi naturaleza, ahora estoy aprendiendo a contrarrestarla. La avaricia no desaparece de nuestra naturaleza con buenas intensiones solamente. No, a la avaricia hay que pisotearla y someterla hasta sacarla completamente de nuestro sistema.
Ese es un proceso que solamente ocurre de forma intencional. No se puede dejar al azar. Y la forma de lograrlo es aprendiendo a dar. Si, el dar contrarresta los efectos de la avaricia. Por eso nos cuesta tanto el dar.
Dame una pejeta
Cuando hablo de dar, no me refiero a la pejetita que le das al que está pidiendo dinero en el semáforo. (Traducción de puertorriqueño a español. Pejeta- Se escribe peseta, pero se pronuncia pejeta, es la moneda de 25 centavos.) El punto es que no estoy hablando de esto.
Al hablar de dar, me refiero a hacerlo:
Sistemáticamente- Al momento de recibir tu salario sacas el dinero para dar antes de sacar nada más.
Inteligentemente- Una decisión deliberada basada en un buen plan, no en las emociones del momento.
Entusiásticamente- Si no te emociona o te entusiasma la causa para la que estás dando, no has encontrado el lugar correcto donde dar.
Voluntariamente- El dar de forma obligada es inefectivo, no dejes que te manipulen a dar.
Alegremente- El dar con alegría es contagioso. Lo contrario trae miseria.
Da pensando en las necesidades de otros, aun antes que las tuyas. Eso es lo difícil. El dar debe ser parte de tu plan financiero. La cantidad que vas a dar la decides tú. Muchos hablan del diezmo, como lo único que uno debe dar, pero el dar no debe estar limitado a un número en particular. Nada impide que des más del diez por ciento.
Por último, el dar me ayuda a romper con la avaricia en mi vida. Pero, es un proceso de todos los días. Si no práctico estos principios todos los días la avaricia regresa y lo hace con más fuerza.