5 razones para no salir de deudas
Hoy quiero compartir acerca de porqué la gente no sale de deudas. El tema no es fácil de cubrir porque puedo ofender a más de una persona en el proceso. Una opción podría ser el decidir ofender a todos por igual, pero esa no es mi intención, si llega a suceder va a ser mera coincidencia.
Cinco razones que mucha gente usa para decidir no salir de deudas. Y si dije bien, decidir. Porque el vivir endeudado en la mayor parte de los casos (siempre puede haber una o dos excepciones), es una decisión. Claro, para vivir sin deudas tienes que estar dispuesto a nadar en contra de la corriente y eso no es fácil. Son solo cinco razones, lo que quiere decir que no son las únicas.
Espero que te sirvan, no solo para que veas lo que otros tienen que hacer, pero para que puedas auto examinarte y ver cuánto de esto hay en tu vida.
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El miedo al cambio. La sabiduría popular en Latinoamérica es riquísima. Hay un refrán que dice: “Mejor malo conocido, que bueno por conocer” se aplica de forma casi religiosa. Siempre has tenido deudas de tarjetas de crédito, siempre has tenido pago de auto y por ende, no puedes ver tu vida sin ellos. Solo quiero decirte que hay vida más allá de las tarjetas de crédito y las deudas. Este es uno de esos casos donde el seguir consejo del refrán no es bueno.
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No estar dispuestos a hacer las cosas difíciles. Yo nunca voy a comer comida recalentada. Jamás voy dejar de ver televisión por cable. Yo tengo mi estilo de vida y no estoy dispuesto a que cambie bajo ninguna circunstancia. La realidad es que tu estilo de vida es insostenible y por ende es solo cosa de tiempo para que cambie. Los cambios los haces tú, o van a suceder luego de que pierdas la casa, lo muebles y el carro. Eso si tienes la suerte de que junto con esas cosas, no pierdes a tu familia…pero una vez más ya me desvié del tema.
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Mantener las apariencias. Esto es lo que tantas veces he mencionado como el competir con la familia jones. Un día les voy a contar sobre la familia jones en Puerto Rico, pero eso es otra historia. Lo que no sabes es que detrás de las apariencias de prosperidad de la familia jones, lo que hay son deudas hasta por donde te conté el otro día…Hasta allí mismito. Si decides seguir sus pasos muy probablemente los sigas hasta la corte de bancarrotas. La decisión es tuya.
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La adicción a las cosas. Hemos comprado la idea de que somos consumidores y nos hemos vuelto adictos a las cosas. Como todo buen adicto la mayor parte de la gente no sabe que tiene un problema y dicen: “Yo puedo parar cuando yo quiera”. La realidad es que muchos no paran no porque no quieren, sino porque no pueden. Siempre va a haber más cosas de las que puedes comprar. ¿Por qué esperar a que sea la deuda quien decide cuando dejas de comprar? ¿Por qué no mejor decidir tú cuánto es suficiente? Y hacerlo para crear un patrimonio en vez de para hacer que los bancos puedan tener edificios más grandes.
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La pereza. La pereza, vagancia, holgazanería o como sea que le digan en tu país al no tener la motivación de cambiar. Estas son gente personas que ya saben acerca del efecto de la bola de nieve, saben cuánto la deuda afecta a su familia, saben del estrés, saben que están poniendo su futuro en juego, pero les falta la motivación para hacer algo al respecto. La pereza y el procrastinar traen consecuencias espantosas no solo para ti, pero para los que están aprendiendo de ti.
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No saber cómo. Todo lo que hago como coach financiero tiene que ver con el ayudar a otros a tener un plan con su dinero. Mucha gente tiene buenas intenciones, pero las buenas intenciones no son suficiente. Hay gente que ha vivido con deudas por tanto tiempo, que las deudas le dan seguridad. Suena ridículo ¿verdad? Y es ridículo, porque es una falsa seguridad. Como el que se pone el cinturón de seguridad en el carro por encima del hombre, cuando ve a un policía. Se siente seguro porque el policía no lo vio, aunque si tiene un accidente se mata. Estoy aquí para decirte que el salir de deudas no es fácil, pero tampoco es imposible. Toma mucho trabajo y disciplina, pero también requiere de un buen plan.
Que conste que sí se contar. Te prometí cinco razones, pero te di una extra, espero que me perdones por esta falta a la moral.
(Crédito de la foto)