Tres errores financieros que debes evitar
Al hablar de las finanzas personales hay errores y hay horrores. La verdad es que prácticamente todos hemos en algún momento de nuestras vidas cometido ambos. Por eso, hoy quiero hablar solo de 3 de los errores.
Estos errores no son los horrores que normalmente cometemos y nos llevan al desastre financiero total, son errores comunes que pueden contribuir a retrasar nuestra meta de crear un patrimonio solido. Una vez más nuestra meta debe ser el crear un patrimonio, que nos permita no solo vivir bien, sino también ayudar a otros.
Error: No tener ahorros. Esto no es nuevo, de hecho, lo has escuchado muchas veces. Necesitas pagarte a ti primero. Antes de pagar a ningún acreedor, tienes que sacar una partida para ti. No se trata de ser egoístas, se trata de ser realista.
La vida ocurre y si no quieres que la vida te encuentre (como dicen en mi barrio), con los pantalones abajo, tienes que protegerte. Necesitas un fondo de emergencia y la única forma de conseguirlo es poniéndole un alto a las compras impulsivas y pagándote a ti primero.
Solución: Automatiza tus ahorros. Lo que no ves no te duele. Arregla para que tu banco saque mensualmente una cantidad específica para ahorros. Puedes decidir la cantidad que deseas ahorrar y el día que deseas que se haga la transacción. Una buena meta es ahorrar el 10% de tu ingreso.
Ahora bien, si el solo pensar en ahorrar esa cantidad te produce un brote de salpullido, comienza con solo un 2%, pero comienza. Vas a ver como el miedo aterrador que le tienes a vivir con menos de lo que ganas no es racional. Conozco gente que jamás pensaron poder bajar su estilo de vida y después de una crisis, viven con una tercera parte de lo que antes recibían.
Tú no tienes que esperar a una crisis, ni tampoco tienes que ahorrar el 66% de lo que ganas. Al comenzar con 2% te vas a dar cuenta que se puede y en poco tiempo vas a poder aumentar progresivamente el porciento de ahorro, hasta llegar a la meta de 10.
Error: Pagar por la Universidad. Si tienes que escoger entre el pagar por la educación universitaria de tus hijos y el invertir en tu retiro. Invierte en tu retiro. Junior puede conseguir otras formas para pagar la universidad, tú no puedes sacar el dinero del retiro de ningún otro lugar que no sea tus propios ingresos. El hipotecar tu casa, firmar por prestamos de estudiantes o aun el poner dinero “College Funds”, antes de invertir para tu retiro es un gran error, pero muy común.
Solución: Existen las becas, las ayudas financieras federales, los programas de estudio y trabajo, los colegios comunitarios, el ejército y el ya casi olvidado sistema de conseguir un trabajo para pagar la carrera universitaria. Es cierto, muchas de estas opciones son más complicadas que el que papi o mami paguen por la universidad, pero si no estás libre de deudas, no tienes un fondo de emergencia completo y no tienes dinero para tu retiro. No puedes pagar por la educación universitaria de tus hijos. Esto no es abuso infantil (aparte de que para el tiempo que llegan a la universidad, tus hijos ya son adultos), ellos tienen otras opciones tú no.
Error. Comprar mas casa de lo que puedes pagar. Este es un error craso. Aparte de ser uno de los más comunes. El pago de la casa incluyendo los impuestos y seguro, en el caso de una persona que no tiene deudas hasta por las orejas, no debe sobrepasar el 35% de su ingreso. Si tienes deudas u otros compromisos económicos el porciento debe ser menor. El comprar más casa de la que podían pagar, fue la razón principal para que tanta gente perdiera casas en los años pasados.
Solución: La mejor forma de comprar una casa es: con 20% de enganche, conseguir un préstamo a 15 años, que los pagos no sean mayor del 25% de tu ingreso, sin impuestos y seguro. Incluyendo los impuestos seguros y el mantenimiento de la casa, mientras más por encima del 35% estés más peligro corres.
No dejes que un vendedor que depende de una comisión, determine el precio de la casa que deseas comprar. Has tus cálculos primero y luego busca una casa que realmente este dentro de tus posibilidades. Y si tu caso es que ya tienes la casa que no puedes pagar, las opciones son claras, aunque no fáciles. Aumentas tus ingresos permanentemente o consigues una casa más económica.