Trata a tu cónyuge como a un extraño

“Image courtesy of David Castillo Dominici / FreeDigitalPhotos.net”.

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Unos días atrás vi a una pareja discutiendo en público. No que sea algo nuevo para mí, ya que para bien o para mal he visto mucha gente discutir en público. De hecho, hasta he sido participe de esta práctica social, en más de una ocasión.

 

Claro, esto ha ocurrido por culpa de la persona que estaba conmigo en ese momento, todos sabemos que la culpa nunca puede ser mía.

 

Volviendo a la susodicha pareja inicial, la discusión estaba tan acalorada que hasta aprendí un par de palabras que no sabía. Lo que me llevó a meditar profundamente en el tema (el de la discusión, no el de las palabras que aprendí, claro está).

 

Ellos estaban tratándose de una forma extremadamente despectiva. El sarcasmo, las indirectas (bien directas), las palabras hirientes y hasta los gritos eran sumamente difíciles de escuchar (aunque imposibles de ignorar).

 

Todo esto me llevó a meditar en el trato entre los cónyuges. Aunque sea difícil de creer, mi relación con mi esposa no es perfecta. Somos dos personas que hacemos las cosas muy intensamente. Lo que quiere decir que cuando las cosas están bien, están muy bien. Pero, cuando las cosas están mal, bueno, te puedes imaginar el resto.

 

Y aunque es posible que nunca hayas participado en un show como el que vi (por lo menos no en público). Es posible que en algún momento hayas tratado a tu cónyuge peor de lo que tratas a extraños.

 

A los extraños les sonríes todo el tiempo. A los extraños les abres la puerta y les dejas entrar antes que tu.

 

A la persona que atiende en el supermercado le preguntas que tal le está yendo su día. Y hasta eres capaz de hacer comentarios positivos a cerca de los zapatos o los ojos de un perfecto extraño en la calle sin pensarlo dos veces.

 

Cuando estas enojado, no vas al gimnasio hablando entre dientes, ni tirando puertas esperando que alguien te pregunte que tienes.

 

Cuando te enojas con tu jefe no lo insultas ni le llamas nombres extraños, aun cuando lo piensas. Y todavía más, cuando te detiene un policía no importa cuán enojado estas eres capaz de controlar el tono de tu voz, dejar el sarcasmo a un lado y comportarte como gente decente.

 

Si eres capaz de hacer todo eso por un perfecto extraño, porque no comenzar a tratar a tu cónyuge tan bien como los tratas a ellos.

 

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