La Disciplina de la Gratitud
Uno de mis días festivos favoritos es el día de Acción De Gracias. Yo se que no es un día que se celebra en todo el mundo, pero creo que todo el mundo podría tener su propia versión de esto. La falta de gratitud nos convierte en personas amargadas. Y me podrías decir: Carlos tu no sabes las cosas que yo he pasado en mi vida. Lo que es cierto, pero tu tampoco conoces lo que yo he pasado en la mía.
Y si buscamos lo suficiente te puedo asegurar que podemos encontrar a una persona que ha tenido mas dificultades en su vida que tu yo juntos y vive amargado. Pero también, podemos encontrar a otra persona que ha estado expuesto a exactamente las mismas circunstancias que esa persona y aun así encuentra la forma de estar agradecido por algo.
Lo interesante de esto es que la calidad de vida de la persona que encuentra algo por lo cual estar agradecido es muy diferente a la vida del ingrato. Por eso, entre las palabras ingrato y agradecido, ingrato es el insulto.
El ser agradecido no es un insulto
Nunca has escuchado a nadie insultar a otro diciéndole eres un AGRADECIDO ¿Verdad? No. El insulto es lo opuesto a esto. De igual manera la calidad de vida que puedes llevar es diferente si vives en medio de un insulto (ingrato) o si vives en medio de un alago (agradecido).
Unos años atrás leí acerca de una psicóloga latinoamericana que estaba atendiendo a un paciente ciego. Entre las primeras cesiones que tuvieron la doctora le da como tarea al paciente ciego que escriba algo por lo cual estaba agradecido y lo trajera para la próxima cesión. Durante la semana ella hasta se reclamó a si misma de como le había asignado a una persona discapacitada una tarea como esa.
Al llegar el día de la cita, ella estaba tan preocupada que comenzó disculpándose por haberle asignado una tarea como esa. Sin embargo, el le pidió que le acercara su maletín del cual sacó una libreta y le pidió a ella que leyera lo que el le había dictado a alguien para que escribiera por el. En solo unos días el había llenado casi todo un cuaderno con cosas por las cuales estaba agradecido. Estas son solo algunas de las cosas que escribió:
“La temperatura de la ducha en la mañana, el placer de secarme con una toalla seca, el privilegio de poder meterme en una cama con sábanas limpias, el placer de acostarme con un pijama limpio, el bendito olor a pan tostado, la textura de la salsa de tomates a la hora del almuerzo, el sol pegándome en la cara cuando camino, el olor del jazmín, las chispitas de la coca-cola pegándome en la nariz, la gentileza de una cajera en el supermercado”.
Practica la disciplina de la gratitud
Antes de terminar de leer el cuaderno la psicóloga comenzó a llorar, pero con hipo. Cuando el paciente le preguntó por que lloraba, ella contestó porque el ciego era el, pero la que no veía era ella. Ella no había visto ninguna de esas cosas, por lo cual había decidido vivir de forma ingrata.
Cualquier día es bueno para enfocarnos en las cosas por las cuales debemos estar agradecidos. Decide hoy comenzar a practicar la disciplina de la gratitud.
Cada día al comenzar tu día, toma un tiempo para escribir 3 cosas por las cuales estas agradecido. Si deseas compartirlas con alguien que bien, pero aun si no, por lo menos escribelas. Decide hacer esto durante 30 días. Si escribes estas cosas durante 30 días al final vas a tener toda una libreta de gratitud. En tus dias obscuros, que van a llegar porque todos pasamos por ellos, puedes usar esta libreta como referencia.
Y si decides continuar este ejercicio por el resto de tu vida vas a tener un documento valiocisimo para darte animo no solo a ti, si no, a todos los que te rodean.