Amor es… nunca tener que pedir perdón
Escuche de un anuncio de una agencia para buscar parejas que decía: “Busco a una mujer que no quiera cambiarme y a la cual yo no voy a tratar de cambiar”. Sí, claro. Es casi imposible no reírse de la ingenuidad de esta persona. Y aunque mi intención no es burlarme, ni minimizar a la gente que piensa de esta forma. Sí no necesitaras cambiar, es porque ya eres perfecto y hasta hoy no he conocido a nadie que lo sea.
Tenemos una visión tan distorsionada de lo que es el matrimonio que no sabemos ni la hora que es. Ahora bien, sí el concepto del matrimonio que tenemos está distorsionado, la idea de vivir juntos sin estar casados es todavía peor. Hemos comprado la idea de que el vivir juntos sin estar casados, mágicamente, prepara a la gente para el matrimonio. Con eso de que antes de hacer un compromiso tan grande hay que probar a ver si funciona.
El problema es que en esta sociedad de consumo al estar viviendo con una persona que en cualquier momento podría decidir irse, las parejas viven continuamente en la fase promocional y de mercadeo. No puedes ser vulnerable porque todavía estás en la etapa de vender tu producto y la otra persona y la otra persona está en el proceso de comprarlo.
Al no estar en una relación de compromiso y de pacto la calidad del producto que estas vendiendo tiene que ser de primera. No puedes darte el lujo de estar deprimido por más de un par de días, o de subir de peso o de cambiar en ninguna manera que afecte al otro. Porque con eso de que si los vegetales son más fresco y el precio es más barato puedes ir a otro supermercado, entonces, no hay ningún tipo de lealtad; vas a ir a donde te den el mejor precio. Mientras puedas decir que como no estás recibiendo lo suficiente de la relación, vas a buscar otra, no hay ninguna diferencia entre esa relación y la relación que tienes con tu supermercado; no es una relación de pacto. Es imposible que una relación de este tipo prepare a una persona para el matrimonio.
El matrimonio no es fácil, ni es una relación de conveniencia. En el pasado la gente esperaba que el matrimonio fuera difícil, la idea de que ibas a encontrar a alguien que te aceptaría perfectamente no existía, así que no era una gran sorpresa cuando las cosas se complicaban. La gente sabía que los conflictos eran parte de la vida matrimonial. Interesantemente en el 1970 una película de Hollywood llamada “Love Story” o (Historia de Amor) uso la frase: “Amor es nunca tener que pedir perdón”.
Esa frase se hizo súper popular, de hecho es casi el estándar para las películas románticas hasta el día de hoy. Tanto así que alguna versión de esa frase ha sido parte de casi todas las películas románticas desde ese momento para acá. Y esa frase no solo fue puesta en las películas sino que también, fue puesta en una tirilla cómica romántica, que salía en los periódicos por todas partes, muy popular en Estados Unidos y Latinoamérica.
¿Cuántos recuerdan las tirillas cómicas de Amor es…? Esta caricatura se encargo de distribuir esa frase a toda una generación de niños que creció con la imagen distorsionada de que el amor verdadero es nunca tener que pedir perdón. Pero no hay nada más lejos de la realidad que esto.
El amor verdadero no es perfecto y por consecuencia ofendemos y es necesario pedir perdón. El día de hoy muchas parejas de recién casados cuando tienen su primera pelea piensan que cometieron un error al casarse. Muchos piensan que se casaron con la persona incorrecta. Porque si se hubieran casado con la persona correcta esto no pasaría. Pero la realidad es que si tienes dos personas egoístas e imperfectas que viven juntas tiene que haber conflictos. El punto no es que no haya conflictos, sino buscar la manera de resolverlos de la manera correcta.
Y para resolver conflictos no hay nada mejor que aprender y practicar el pedir perdón.