Cuidado con las “Nuevas” ofertas en tarjetas de crédito.
El 28 de agosto del 2010 el periódico Wall Street Journal publico un artículo sobre las tarjetas de crédito de negocios. Creo que fue un artículo muy acertado y merece que lo mencione aquí. Para este momento la mayor parte de nosotros sabemos que el gobierno impusó una serie de cambios a las reglas en las tarjetas de crédito, bajo el, Credit Card Accountability and Responsability and Disclosure Act del 2009. Esta ley trajo nuevas protecciones a los consumidores que usan tarjetas de crédito. Entre ellas el no permitir que el interés pueda subir casi por cualquier razón, los ciclos de pagos más cortos, aplicar el pago mínimo en el lugar correcto, etc. Sin embargo estas protecciones no aplican a las tarjetas de crédito de negocios.
Hasta ahora las tarjetas de crédito para negocios (business cards o professional cards) eran exclusivas para dueños de negocios o ejecutivos de compañías. Pero desde que cambio la ley en el 2009 los bancos han inundado el mercado con solicitudes para las tarjetas de crédito de negocios. De acuerdo a la firma Synovate, en el 2010, hubo un aumento de 256% en el envío de estas solicitudes comparado con el mismo periodo el año anterior.
En enero las solicitudes para este tipo de tarjetas requerían entre otras cosas que dieras el nombre de la compañía, la dirección y qué tipo de negocio era. Para julio solo requerían que marcaras en un cuadro donde decía que eras dueño de negocio. Y aun personas que no son dueños de negocios están recibiendo este tipo de solicitud. Hay defensores de los derechos de los consumidores que entienden que los bancos están buscando mercadear estas tarjetas para evitar estar bajo las restricciones de la ley.
Las reglas de las tarjetas de crédito de negocios todavía permiten:
Aplicar el dinero que envías por encima del pago mínimo a la cuenta con el interés más bajo.
Reducir los días entre cuando llega el estado de cuenta y cuando se vence el pago.
Aumentar el interés de tu tarjeta, si pagas cualquier otra cuenta tarde.
Imponerte grandes recargos por sobre pasar el límite de crédito.
Cambiar los términos del contrato sin previo aviso.
Ten mucho cuidado si recibes una solicitud de tarjeta de crédito, no vaya a ser una de negocios. Si tienes una de estas tarjetas, por lo menos ahora sabes los términos bajo los cuales la tienes y puedes decidir si vale la pena el riesgo o no.