El optimismo y el estiércol
Cuenta una historia que había dos hermanos. Uno era un optimista empedernido y el otro era un total pesimista. No importa que sucediera en la vida de ellos el optimista nunca perdía la perspectiva de lo bueno y el pesimista nunca podía encontrarle el lado bueno a nada.
Los padres viendo lo que ellos consideraban eran actitudes extremas de parte de ambos niños decidieron esperar hasta las navidades para enseñarles una lección a cada niño. Al pesimista los padres le compraron todos los regalos que ellos entendían él deseaba tener. Con la esperanza de que esto sacara la parte negativa de su vida y el pudiera ver todo lo bueno que estaba recibiendo. Por otro lado para el optimista decidieron solo darle una bolsa de estiércol de caballo.
Llego el día de navidad y el pesimista fue el primero en abrir sus regalos. Uno por uno fue abriendo cajas y cajas de regalos. Pero para la sorpresa de los padres el niño tenía una queja de cada regalo. Cuando abrió el tren dijo: “seguramente se va a dañar muy pronto”. Cuando abrió el estéreo dijo: “ni siquiera tengo discos compactos para escuchar”. Para unas cosas el color no era el correcto, para otras la forma no era la correcta. En fin que a todo le encontró un pero.
Por otro lado cuando los padres le dieron la bolsa con el estiércol de caballo al optimista, este la miro por un segundo y luego comenzó a brincar y gritar celebrando. Los padres definitivamente no se esperaban esta reacción del niño, por lo que decidieron interrumpirle en su celebración y preguntarle si sabía lo que le habían regalado. A lo que el niño respondió lleno de emoción “claro que se lo que es. Es popo de caballo”. Y los padres aturdidos le preguntaron al niño Y ¿porque estas tan contento? A lo que el niño contesto “pero no lo ven, si tengo una bolsa con popo de caballo, es que tiene que haber un poni por aquí cerca”.
Cuando somos niños es muy difícil controlar las emociones y el optimismo o el pesimismo se pueden ver como partes inevitables de la personalidad. Pero cuando dejas de ser niño puedes decidir cómo vas a ver la vida. Puedes escoger seguir viendo la vida de manera negativa o puedes decidir ver la vida positivamente. Una vez escuche a alguien decir que en la vida 10% son las cosas que suceden y 90% como reaccionamos a las cosas que suceden.
Y tú ¿Qué dices eres optimista o pesimista? ¿Puedes ver el poni cuando la vida te trae popo de caballo?
(Crédito de la Foto)