El ser dueño de una casa puede ser la pesadilla americana
La mayor parte de nosotros sabemos que el sueño americano es llegar a ser dueño de tu propia casa. El llegar a ser dueño de una casa es visto como el obtener el estatus correcto. Los pobres y los estudiantes son los que rentan. Si ya terminaste la carrera y tienes un trabajo estable tienes que tener una casa porque criar a los hijos en departamento eso no es de gente con dinero. Esta mentalidad está más arraigada en nuestra forma de pensar de lo que nos imaginamos.
Esta es una de las razones por la cual la comunidad hispana es una de las más afectadas en la crisis económica de los últimos años. Muchos compraron casas mas allá de sus posibilidades. Con préstamos que tenían intereses imposibles de pagar. Otros compraron en lugares donde la economía parecía estar bien, pero no era así. Yo tengo amigos personales que llevan más de un año tratando de vender su casa en un “shortsale” (o sea por menos de lo debe el préstamo) y no han podido. El sueño americano ha llegado a convertirse en una pesadilla para ellos.
Y alguien podría decir es que esto nunca había pasado antes. Pero la realidad es que esto si había pasado antes y puede volver a pasar. Las cosas cambian, los trabajos no son para siempre, aun los trabajos estables pueden cambiar. Entonces protegernos es nuestra responsabilidad no la de los vendedores. Por esta razón es que creo que el comprar una casa no siempre es la mejor opción para todo el mundo.
Ser dueño de una casa es bueno, pero no es la única opción. El vivir rentado puede ser una mejor opción hasta que realmente estés preparado para comprar. Al rentar tienes la posibilidad de cada seis meses o cada año (dependiendo de tu contrato) poder rentar algo más caro o más barato. No tienes que preocuparte por los impuestos. Si algo se daña alguien más lo arregla. Tienes libertad y flexibilidad para enfrentar la vida.
Posiblemente valdría la pena el formular un nuevo sueño americano donde el gastar y acumular cosas no es lo esencial. Donde ser dueño de una casa no es tan importante, como las condiciones para llegar a comprarla. Donde no actuamos basados en miedo, pero tampoco en una supuesta seguridad que no existe. Actuamos basados en la realidad que vivimos y compramos de acuerdo a nuestras posibilidades, teniendo en cuenta que la vida ocurre y tenemos que estar preparados para cambios inesperados.
(Créditos de la Foto)