¿Esta bien comprar un carro con una tarjeta de crédito?

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“Image courtesy of vectorolie / FreeDigitalPhotos.net”.

Hace un tiempo atrás un cliente me compartió la idea que le habían sugerido acerca de comprar un auto usando la tarjeta de crédito. Claro, como en muchos de los casos que recibo, el problema era de otra persona, no de ellos. Normalmente el problema es de un amigo o familiar, rara vez encuentro una persona que me diga, esta situación es mía.

 

Y que consté que yo se que en ocasiones es difícil compartir con otras personas acerca de las cosas que hacemos. Unas veces porque no queremos escuchar que nos critiquen y otras veces pensando en el bienestar físico de la otra persona. No queremos que se mueran de la risa por lo que hemos hecho.

 

Esta vez la situación era clara, alguien le había presentado la increíble idea de ahorrar dinero al usar una tarjeta de crédito con un interés más bajo que el del préstamo del auto. Ellos acababan de financiar $23,700 por el carro al 7.9% de interés. Y tenían una tarjeta de crédito que les permitiría hacer una trasferencia del balance al 2.99% de interés. Y lo mejor de todo era que garantizaban el interés hasta que terminaran de pagar el transfer.

 

Esto en teoría suena muy bien, pero como dicen por ahí, el diablo esta en los detalles.

 

Hoy, no voy me voy a enfocar en la parte de que la idea de financiar un auto no es la mejor forma de comprar un artículo que deprecia tanto de valor. Eso sería como echarle sal a la herida y ese no es mi estilo. Lo que si voy a hacer es concentrarme en la realidad de que el carro ya se financió y ahora hay que lidiar con eso.

 

SI hablamos solamente de números la transacción podría tener sentido, usamos una tarjeta de crédito con un interés mas bajo y nos ahorramos dinero. El problema es que cuando hablamos de tarjetas de crédito, las cosas no son tan sencillas, ni tan claras.

 

En las letras pequeñas del contrato de todas las tarjetas de crédito se esconden las víboras. En este caso una de esas víboras indica que la compañía de la tarjeta de crédito puede cambiar los términos y las condiciones del contrato en cualquier momento y por cualquier circunstancia.

 

Esto técnicamente quiere decir que si la esposa del dueño de la compañía de tarjetas de crédito quemó el pan tostado esta mañana este señor puede desquitarse el enojo subiendo el interés de tu tarjeta de crédito. Un precio muy alto a pagar por la inhabilidad culinaria de alguien más ¿no crees?

 

Aun si la compañía de tarjetas de crédito te había garantizado un interés fijo, este interés fijo no es como el de las hipotecas. En una hipoteca un interés fijo, es un interés fijo. No puede cambiar mientras a menos que hagas otro préstamo. Las letras pequeñas (o sea la víbora que mencionamos anteriormente) cambian todo.

 

La compañía de tarjetas de crédito solo tiene que enviarte una nota con 15 días de anticipación y el fabuloso interés de 2.99% se convierte en 29.99% y todo por un pan tostado.

 

El mejor caso hubieras sido ahorrar para comprar el auto en efectivo, ya que eso no sucedió lo próximo menos malo es que pague el préstamo con el interés fijo que tomó al financiar el auto. Lo peor que podría hacer en este caso es jugar a la ruleta rusa con los intereses de las tarjetas de crédito. Recuerda que no todo el mundo cocina bien.

 

¿Conoces a alguien a quien el banco le haya aumentado los intereses de la tarjeta de crédito?

 

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