La opción es tuya
Hace unos días atrás escuche la historia de una persona que sobrevivió las atrocidades que cometieron los nazis durante la segunda guerra mundial en el campo de concentración de auschwithz en Polonia. Esta persona perdió muchos familiares en este lugar y fue testigo de las más horrendas atrocidades que una persona podría imaginar a manos de soldados Nazis.
No voy a entrar mucho en los detalles de este genocidio porque creo que son bastante conocidos y lo más que me impresionó de su testimonio no fueron las atrocidades. Pero creo que vale la pena señalar que todo esto sucedió cuando él era solamente un niño. Él fue marcado no solo físicamente (porque les tatuaban un numero para identificarlos) sino emocionalmente desde muy pequeño.
A pesar de lo horrible de la experiencia que vivió cuando le preguntaron ¿que sentía al escuchar a alguien hablar alemán? O ¿si sentía odio al escuchar a alguien hablar alemán?, su respuesta fue impresionante. Él dijo que cuando escucha a alguien hablar alemán cerca de él, lo que recuerda es que cuando estaba en el tren que lo llevaba a este lugar tan horrible, el tren se detenía en la noche y alemanes comunes y corrientes exponían sus vidas para traerles agua y comida a las personas que estaban en el tren. Si los nazis los agarraban los mataban sin piedad, muchos de ellos se arriesgaron y también perdieron sus vidas, para traer un poco de alivio en una situación tan horrorosa.
El prefería pensar que la persona con el acento alemán que estaba escuchando podía ser el descendiente de una de estas personas que arriesgo su vida para ayudarle. ¡Que increíble decisión! Y digo decisión, porque esto no es un acto de emociones. Después de vivir algo tan terrible toma un acto de decisión igualmente terrible para decidir no vivir esclavizado por el odio y el rencor.
Tú y yo no hemos enfrentado las atrocidades que esta persona tuvo que enfrentar, pero lo que si tenemos que enfrentar cada día, es la decisión de que vamos a hacer con las cosas que nos ocurren. Es nuestra decisión el soltar las ofensas que otros cometen en nuestra contra o si decidimos quedarnos con ellas y permitir que marquen nuestras vidas de una forma más viva que el tatuaje que les ponían a los judíos en sus brazos. No permitas que el odio y el rencor dominen tu vida, decide hoy soltar la ofensa y perdonar, solo así vas a poder vivir una vida plena. La opción es tuya.
(Crédito de la Foto)