Las águilas aprenden a volar mientras caen directo a las rocas.
“Image courtesy of Gualberto 107 / FreeDigitalPhotos.net”.
Unos días atrás mientras regresábamos a casa mi esposa vio un espectáculo impresionante que no se ve todos los días. En un área donde hay muchos árboles, ella vio unos águilas bebés aprendiendo a volar.
Toda emocionada, ella nos apuntó en la dirección hacia donde estaban las pequeñas aves volando muy cerca de los árboles y pudimos ver a la mamá águila en el tope de un árbol cercano mirando a sus pequeños.
La experiencia no fue mística, ni trascendental. De hecho hubiera pasado desapercibida sino hubiera sido por el ojo crítico de mi esposa mirando los detalles del vuelo de las aves. Pero, me recordó algo que había leído unos días antes acerca de como las águilas aprenden a volar.
Para enseñarle a volar a sus hijos las águilas les muestran lo que ellas hacen extendiendo sus alas y dando pequeños vuelos cerca del nido, pero llegado el momento la mamá águila va a empujar a sus hijos fuera del nido. La mamá águila sabe que la única forma en que sus bebés van a volar, es volando.
La teoría es buena, pero no hay nada como la práctica para realmente aprender algo. Cuando el bebé águila va de camino a las rocas, tiene dos alternativas o vuela o se estampa en las rocas. Y claro, así por las buenas se aprende porque se aprende.
Lo interesante es que el águila bebé no sabe que está listo para volar, pero la mamá águila está consciente de que el aguilita tiene todo lo que necesita para volar. Lo único que le falta es hacerlo.
Dan Miller dice: “La paradoja del conocimiento es esta: mientras más sabes, mas te das cuenta de cuánto no sabes.”
La persona que quiere comprar un auto se puede perder entre reportes al consumidor, estudios de seguridad y los potenciales de reventa de los autos que está estudiando para comprar. Pero, en algún momento tiene que decidir comprar uno de ellos.
La experiencia que obtiene al tomar la acción de comprar va a ser mucho más valiosa que la información que aprendió estudiando. El conocimiento tiene que ponerse en práctica para que sea valioso. Si no se pone en práctica, realmente no vale de mucho.
Conozco una persona que comenzó a trabajar en una tienda de electrónicos temporalmente, en lo que encontraba el trabajo que realmente deseaba hacer por el resto de su vida. Esto fue hace casi 20 años atrás. La falsa ilusión de que se está preparando le robó casi una década de su vida.
La gran pregunta que debes contestar es ¿Cuando tienes suficiente conocimiento para comenzar algo nuevo? La respuesta correcta es, cuando decides tomar acción. El empresario dueño de negocios aprende mas mientras contrata, compra y comete errores que mientras está sentado en un salón de clase.
El empleado encuentra el éxito tocando puertas, haciendo llamadas y recibiendo múltiples rechazos, no mientras aprende en los libros o estudia la teoría.
No importa si deseas poner tus finanzas en orden, conseguir un trabajo nuevo o comenzar tu propio negocio. Sea lo que sea que estas buscando hacer, en algún momento tienes que tomar acción y comenzar.
Les Brown dijo: “No tienes que ser bueno para empezar, pero tienes que empezar para llegar a ser bueno”.
