Las letras pequeñas son importantes

Ya en varias ocasiones he escrito acerca de lo importante que es el leer y entender todos los contratos antes de firmarlos. Y que conste que estoy consciente de que esto es más fácil decirlo que hacerlo. ¿Has visto el tamaño de los contratos  de iTunes? ¿O de tantas otras cosas en el internet? Son kilométricos.

De hecho, siempre he sabido que eran largos, pero en un artículo del New York Times leí que tienen en promedio unas 74,000 palabras y solo uno o dos de cada mil personas abren la página del contrato. Y peor todavía, los que abren la página del contrato pasan tan corto tiempo en la página que es imposible que realmente hayan leído algo significativo.

74,000 palabras

Eso es tan grande como un libro de Harry Potter y créeme que nunca he leído, ni el libro de Harry Potter, ni los contratos del internet. Con contratos tan extensos como estos no es una sorpresa que nadie los lea. Ahora bien, yo espero que no andes comprando autos o casas en iTunes. Si vas a invertir miles de dólares en una compra, creo que vale la pena que sepas lo que estas firmando.

Y quiero aclarar que mi punto no es criticar a las malévolas compañías que siempre están abusando del pobre. Yo no creo que todas las compañías sean malvadas, ni tampoco me considero una víctima.  Tengo amigos que son dueños de una compañía más o menos grande de construcción y sé que tienen que protegerse a través de los contratos porque reciben todo tipo de demandas todo el tiempo.

No hay soluciones fáciles

El problema es tan grande que no hay soluciones fáciles para él. Muchas veces la gente se siente que la única opción que tienen es aceptar las condiciones que impone el contrato. Ahora bien, digamos que un día cometiste un crimen tan grande que el juez te sentenció a leer el contrato de iTunes. Como consecuencia de leer el contrato decides que no te gustan los términos de la sección 55 articulo 4. La única alternativa que te queda es no usar el servicio.

Y claro, es imposible que le digas que no a iTunes, o cualquier otro servicio por internet. Por eso estás atado, la única alternativa es aceptar lo que proponen las compañías. Pero, esto es en cosas de poco valor.

Ahora bien, para el resto de las cosas de importancia en la vida. Una alternativa para los otros tipos de contratos, puede ser el leer por lo menos la parte del contrato que tiene que ver con las devoluciones o la cancelación del contrato. En el peor de los casos, pídele al empleado que te explique esta parte del contrato y que con un marcador indique en donde dice eso en el contrato. Asegúrate de que entiendes lo que te están explicando y que lo que la persona está diciendo es lo mismo que dice el contrato.

Si no lo es, pide hablar con un supervisor o ve a otra tienda. Ninguna es una solución fácil, pero tampoco es imposible hacer algo al respecto.

¿Cuándo fue la última vez que leíste un contrato antes de firmarlo?

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