Los latinos dicen que no pueden ahorrar
Los latinos en general tendemos a decir que no tenemos dinero para ahorrar. Decimos ¿cómo vamos a ahorrar si apenas tenemos para cubrir los gastos? Pero esto no es cierto. Si fuera verdad que no tenemos dinero para ahorrar, tampoco podríamos pagar las tarjetas de crédito. Y es que cuando usamos la tarjeta de crédito, es evidente que no solo teníamos el dinero para ahorrar, pero también teníamos más del dinero que necesitábamos para lo que queríamos, porque terminamos pagando intereses. En ocasiones pagamos hasta tres veces el precio de lo que queríamos, solo porque no teníamos dinero para ahorrar.
Estamos condicionados a que tenemos que tener lo que queremos en este momento. Por esto pagamos un precio “Premium”. Esta conveniencia nos cuesta muy cara. Si por el contrario decidiéramos ahorrar primero y tener lo que queremos luego, podríamos ver cuán fácilmente podemos ahorrar. Tenemos que cambiar nuestra mentalidad. Dejar de pensar en que no tenemos dinero y ver cuánto realmente generamos. Ya lo hacemos, pagamos las tarjetas más los intereses. Y todo esto lo hacemos, con el dinero que no tenemos para poder ahorrar.
Luego tenemos la desfachatez de decir que las tarjetas de crédito son para emergencias. Claro esto es lo que nos han enseñado, así que es lo que hacemos. Hemos sido condicionados a creer que como no tenemos dinero para ahorrar, necesitamos tener tarjetas de crédito para las emergencias. Y esto solo beneficia a las compañías de tarjetas de crédito. La verdad es que la vida ocurre y las emergencias siempre llegan. Pero las emergencias son menos intensas, cuando estamos preparados para ellas. Si tienes un carro con muchas millas y empezando a dar problemas, pero tienes $15,000 en el banco. Aun si muriera el motor, que es lo más caro que tiene el carro, solo vas y consigues un motor nuevo. Con 2 o 3 mil dólares tienes un carro que te va a durar por varios años más.
La alternativa a esto es, comprar un carro nuevo y endeudarte por los próximos 6 años. Esto es lo que debes hacer porque no tienes el dinero para ahorrar. ¡No tienes dinero para ahorrar!, lo que no tienes es dinero para no ahorrar. La decisión es tuya tu puedes cambiar tu futuro financiero. Puedes seguir creyendo la mentira que te han dicho por tanto tiempo o puedes decidir nadar en contra de la corriente y romper con la esclavitud de la deuda.